Independientes Por Estella-Lizarra queremos compartir nuestra valoración de las fiestas 2025, unas fiestas que, lejos de recuperar el espíritu abierto y participativo que siempre ha caracterizado a nuestra ciudad, han pasado a convertirse en las fiestas de la censura y la imposición de UPN, PSN y PP.
Este año, el Ayuntamiento ha bloqueado y obstaculizado a todas las asociaciones y colectivos con los que no está de acuerdo. A nuestro grupo nos han censurado el cohete alternativo a menos de 24 horas del acto; las Txoznak siguen prohibidas, negándose el equipo de gobierno a cualquier tipo de diálogo; y se sigue persiguiendo y denunciando a la juventud, criminalizando su participación festiva en lugar de canalizarla positivamente.
La Quinta ha dejado de recibir el apoyo que siempre tuvo, sufriendo incluso la retirada de un escenario en el último momento. Un gesto que no solo es una falta de respeto hacia su trabajo, sino una demostración del abandono institucional hacia quienes aportan vida a las fiestas y durante todo el año.
El cambio en los encierros matinales con novillos es otro ejemplo de decisiones tomadas de espaldas a la ciudadanía. No se consultó a nadie, y el resultado ha sido una muy escasa afluencia. Lo que refleja la falta de planificación y consenso en las decisiones que toman.
Los barrios vuelven a ser los grandes olvidados: limpieza y mantenimiento reservados solo para el centro, dejando a los barrios sin la atención que merecen. Los baños portátiles han estado mal proyectados, insuficientes o mal ubicados, dificultando su uso.
En cuanto a los conciertos, está por ver cómo se pagarán, dado que el Ayuntamiento no dispone de fondos al no haber aprobado modificación presupuestaria. En lo artístico y en lo organizativo, han quedado lejos de lo que en las anteriores legislaturas se supo ofrecer, y su programación ha resultado poco apropiada para las fiestas de nuestra ciudad.
El cierre del parking de la Inmaculada durante las fiestas demuestra el desconocimiento del gobierno municipal sobre los problemas de movilidad de Estella-Lizarra. En plenas fiestas hace falta rotación de aparcamientos, y ese parking debería haber estado operativo. A esto se suma que los puestos ambulantes se han vuelto a trasladar a este mismo parking, un auténtico despropósito: calor insoportable, alejados de la zona de fiesta y del paseo habitual de vecinos y visitantes, y con la obligación para los feriantes de dejar sus caravanas en la zona del hospital, todavía más aislados. Un trato injusto para quienes ya pagan tasas por su actividad y que merecen condiciones dignas.
No se entiende cómo un parking de tierra en la Calle Fray Diego que no se está utilizando, lleva ya dos años cerrado a la espera de unas obras que todavía no han empezado, y que ahora, en plenas fiestas, resulta más que evidente que debería estar disponible para vecinos y visitantes.
El espacio de los Food trucks instalados por la prohibición de las Txoznak son la muestra más clara de que esa prohibición solo responde a los odios y venganzas personales de UPN y PSN contra colectivos con los que no comparten sus ideas.
El día de la Merindad, otro ejemplo de cómo el actual equipo de gobierno utiliza las fiestas como herramienta política. La ausencia de la mayoría de pueblos de Tierra Estella, participando solo tres ajenos al control político del Ayuntamiento, refleja que la deriva de UPN y PSN contra la Merindad nos excluye y perjudica a toda la comarca. La presencia de unos pocos de alcaldes afines como “palmeros” no disimula el aislamiento que están provocando.
Las fiestas de Estella-Lizarra no son propiedad de ningún partido. Son un bien común, fruto de la participación, el esfuerzo y el cariño de generaciones de vecinos y vecinas. Un programa de fiestas sin su gente está condenado al fracaso, y la pérdida de eventos y espacios por acción u omisión del Ayuntamiento es lo peor que le puede pasar a nuestra vida comunitaria.
Un Ayuntamiento debe ser la unión de vecinos y vecinas en pro del bien común, el desarrollo y cuidado de todos, el apoyo mutuo y el respeto a la diversidad. Estas fiestas de la simpatía han dejado de serlo cuando UPN, PP y PSN las han politizado, atacando colectivos, persiguiendo y prohibiendo, hasta convertirlas en unas fiestas solo para ellos.
Frente a ello, las y los estellicas hemos sabido disfrutar, anteponernos a un programa vacío, alejado del pueblo y excluyente.