‘Martin Luther King, un sueño por construir’, por Magdalena Hernández Salazar

El 15 de enero de 2023 se cumplen 94 años del nacimiento del Premio Nobel de la Paz 1964, el galardonado más joven como reconocimiento a su lucha no violenta en contra de los prejuicios raciales.

Sigue siendo obligatorio rememorar a Martin Luther King, mantener vivo su legado, su activismo en contra de la discriminación racial, arraigada profundamente en nuestra conciencia colectiva, que se ejerce de forma mas sutil, pero mantiene la armazón de razones para violar los Derechos Humanos del diferente.

Invitando a la ciudadanía a hacer la diferencia en su espacio, como lo diría Martin Luther King: “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos”. Sus ideas fueron visibles y tomó fuerza cuando se tomaron acciones por parte de la ciudadanía

Como Mujer progresista considero necesario tomar conciencia del origen del etnocentrismo y de que lo tenemos incorporado a nuestra conciencia colectiva, basados en el eurocentrismo, que son valores culturales y sociales dominantes, desde la conquista y colonización.

Esta visión se arraigó en todo el mundo, reproduciendo sus desigualdades sociales y creando nuevas como el esclavismo, por lo que Martin Luther King, decía: “La libertad nunca es voluntariamente otorgada por el opresor; debe ser exigida por el que está siendo oprimido”.

Él planteaba como método activo de protesta, las tácticas pacifistas de Gandhi, y obligaba a reflexionar sobre el dolor y la vergüenza del racismo y la segregación racial, que no se quedaba en la sola denuncia o queja. Su lucha por los Derechos Humanos, contra la discriminación y el racismo, también se puede aplicar para combatir la xenofobia, el clasismo y al fascismo.

En sus discursos hacía pedagogía, educaba a las sociedades en la necesidad de entender que la defensa de la igualdad de todas las personas era un derecho en el que todos debíamos comprometernos. El pensamiento y principios que guiaba Martin Luther King, y que comparto:

  • Desobediencia civil y no violencia, el pueblo tenía el derecho legítimo a desobedecer las leyes que considere injustas o ilegales, a través de métodos pacíficos pero constantes y activos.
  • Igualdad, libertad y orgullo racial. La defensa de las tradiciones y las libertades raciales por encima de todo exigían un trato justo y equitativo para todos y todas.
  • Pacifismo y compromiso social. La lucha por la paz y las reivindicaciones sociales era clave en la lucha y una motivación que todo el mundo pueda seguir.

Comparto su ideal y la importancia de la movilización ciudadana. No es suficiente quejarse, hay que tomar acciones, en la medida de nuestras posibilidades, para lograr la transformación a una sociedad más diversa cultural, inclusiva, igualitaria, tolerante, que respete y proteja todos los Derechos Humanos.

Magdalena Hernández Salazar.

Concejala presidenta de la comisión de:

Políticas de Empleo, Migración y Diversidad Cultural del ayuntamiento de Estella